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Blog/Objetivo: Calmar la mente.


Objetivo: Calmar la mente.

Objetivo: Calmar la mente.

2021-02-01


LA MENTE ESTÁ SIEMPRE TRABAJANDO

El cerebro humano consume aproximadamente un 20% de la energía total del cuerpo. Cuando no tiene una tarea específica que desarrollar, nuestra mente se enreda en un discurso interior interminable que comenta el mundo que nos rodea siempre en base a nosotros y nuestras expectativas.

Esto que todos experimentamos en mayor o menor medida, es lo que en psicología se llama “diálogo interno”. Compruébalo: basta con cerrar los ojos y no tardarás más que unos segundos en empezar a divagar creando pensamientos de los temas más variados y sorprendentes: para qué he cerrado los ojos, que haré el fin de semana, recados por hacer, por qué se ha enfadado fulanito, y si hubiera hecho tal cosa, etc. Mientras nuestra mente esté enredada en estos pensamientos, es imposible calmarla.

Hay dos tipos de pensamiento: los conscientes o voluntarios y los involuntarios. El pensamiento consciente es más ligero, con menos emociones y del que se puede salir fácilmente: tengo que hacer tal cosa, es el cumpleaños de mi hermano, etc. Los pensamientos involuntarios no los generamos nosotros, nos identificamos emocionalmente y generalmente nos absorben y nos cuesta deshacernos de ellos. Podemos empezar a pensar conscientemente y al poco tiempo estar dando vueltas al tema sin querer, rumiando preocupaciones relacionadas con el tema.

Son estos últimos los que nos perjudican generando preocupación, ansiedad e incertidumbre.

Se ha comprobado que las personas que llevan años meditando no funcionan así. Su mente se enfoca en las sensaciones corporales y no aparecen verbalizaciones internas. Diferentes estudios han demostrado el poder de las técnicas de meditación para calmar la mente y el sistema nervioso.

UN MONO LOCO

Las tradiciones orientales hablan de nuestra mente como si fuese un mono loco, que actúa de manera impredecible y hay que amaestrar. En Asia, se describe el proceso: primero debemos atar al mono a una estaca. El mono al principio, se agitará y rebelará queriendo soltarse. Con el tiempo verá que es imposible escapar y poco a poco luchará menos y se mantendrá cerca de la estaca. Más adelante se le podrá soltar y no intentará escapar. En la meditación, la mente es el mono loco y la cuerda que la ata es la atención. Al principio la mente genera pensamientos y malestar, pero con la práctica la mente se va calmando.

El primer paso para lograr esa calma mental es centrar la atención en un punto y mantenerla ahí. La respiración es uno de los mejores puntos donde podemos anclar nuestra atención porque nos mantiene en el momento presente. A través de la atención plena o Mindfulness conseguimos ese estado de intensa concentración.

Pero la mente, como el agua, tiene tendencia a escurrirse. Se resiste a ser dominada y controlada. No es fácil dominar la meditación y en el camino hemos de superar muchos obstáculos, la mayoría creados por nuestra mente.

UN CAMINO PARA LA CALMA

Te proponemos que practiques este método de atención a la respiración que propone el Mindfulness.

Busca el mejor momento del día para practicar durante 5 minutos y búscale hueco en tu agenda todos los días. Si durante la práctica te distraes fácilmente y te cuesta mantener la atención, cuenta hasta 6 al inspirar y hasta 6 al exhalar.

Éstos son los pasos del proceso:

1. La respiración será el punto de anclaje. Centra tu atención en la respiración. La mente identifica este punto y volverá a él cada vez que aparezca una distracción.

2. Al poco tiempo de anclarnos, surge lo que llamamos vagabundeo mental, que son esos pensamientos, sensaciones y emociones que atrapan nuestra atención y nos hacen abandonar el punto de anclaje.

3. El punto más importante de este proceso es cuando tomamos conciencia o nos damos cuenta de que nuestra atención ha abandonado el punto de anclaje por esas distracciones. Hasta que nos damos cuenta, pueden pasar unos segundos o minutos.

4. Retorno al punto de anclaje. Al “darnos cuenta”, volvemos a llevar amablemente la atención a nuestra respiración. Es importante no enfadarse con uno mismo (no sirvo, no lo lograré,…) ni con el entorno (mucho ruido,…) es un proceso normal en la meditación. Repite este retorno de la atención al punto de anclaje tantas veces como haga falta.

Me gusta comparar este punto con un flexo desajustado que hay que volver a traer constantemente para que siga alumbrando nuestro trabajo.

Y RECUERDA

Practica sin esperar beneficios y sin apegarte a los frutos. De esta manera disfrutarás de todos sus beneficios sin la ansiedad que generan las expectativas.