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¿POR QUÉ DEDICAMOS LAS SESIONES DE YOGA?

2022-04-14

En las sesiones de yoga te habrás dado cuenta que al inicio buscamos una intención o propósito para enfocar la energía de la sesión y dedicar sus beneficios.
Como ya comentamos en el artículo anterior, el Sr. Patanjali fue el primer sabio que, hace más de 2.000 años, recopiló por escrito todas las enseñanzas del yoga que hasta entonces se habían transmitido de manera oral. Sus enseñanzas nos guían hacia una vida plena llevando a la mente a un estado de armonía y equilibrio.
En el capítulo 2, Patanjali propone un camino en 8 pasos que nos dirigen gradualmente hacia una conexión con nuestra esencia y una vida plena. Los dos primeros pasos se refieren a unos códigos de conducta, a la actitud que debemos observar con nosotros mismos, con los demás y con el mundo. De manera que si nuestros pensamientos y acciones se basan en estos principios, obtendremos la paz necesaria para progresar en el camino.
Una de estas cualidades o actitudes se llama ISVARA PRANIDHANA y tiene que ver con la entrega, la devoción o la confianza. Habla de ofrecer nuestras acciones sin esperar nada a cambio. Patanjali se refiere a la entrega a Dios o a un ser superior. Pero si esto no te resuena, puedes poner otra palabra que te sirva: universo, naturaleza, cosmos,… El objetivo es ser consciente de que hay un orden superior que nos abarca como especie y que las acciones de cada uno influyen en su totalidad.
Isvara Pranidhama tiene que ver con la acción desinteresada y con el apego, fuente de sufrimiento. “Actúa sin apego a los frutos de la acción, así tus acciones no te encadenarán al mundo”. En general, nos cuesta soltar, desprendernos de las cosas. Ofrecer los beneficios no quiere decir que nos quedemos sin ellos, por supuesto que obtenemos beneficios de la práctica, pero nos liberamos del deseo y nos abrimos a la experiencia.
Por eso en las sesiones buscamos esa intención de dedicar los beneficios a algo superior. Es cuestión de fe, desear esos beneficios para otra causa o una persona y no apegarse a los frutos de nuestras acciones es también una manera de entrega. Además, practicar “para otro” o por una causa, le da un sentido mayor a la práctica y quizás así no te cueste tanto esfuerzo…
Seguro que nos preguntamos: pero, ¿llegarán los beneficios? Pues la verdad es que no se sabe, pero esta entrega nos sirve para cambiar el foco que tenemos puesto en el yo y hace que la atención deje de estar en uno mismo y podamos ampliar la perspectiva más allá de nosotros.
Según la Bhagavad-Gita (antiguo texto importante en la tradición hindú) dice: La entrega de los frutos de tu acción da paz interior de forma automática. Actuar por los demás libera del sufrimiento que genera el ego.
Así que en cada sesión de yoga, aprovecha el primer momento de toma de conciencia para dedicar la energía, los beneficios a quien tú quieras, a una persona o grupo, a una causa. Y tan válido es dedicarlo a tu pareja, amigos como a esa persona que no te cae tan bien pero que lo necesita, a todos los refugiados o a la selva Amazonas. Y también, por qué no, puedes enfocar la energía de la sesión hacia ese proyecto, idea, sueño que tienes, sabiendo que su logro y tu bienestar también favorecerá a tus seres cercanos.